NEXTGen – Los Hijos necesitan aprender a PENSAR no solo a obedecer.
INTRODUCCIÓN
Imagina que estás cruzando la calle con tu hijo pequeño. Le tomas la mano y le dices con firmeza: “¡No cruces hasta que yo te diga!”
Y él obedece. Se detiene. Espera. Hace exactamente lo que tú le pediste.
Pero ahora imagina ese mismo niño… diez años después… solo, parado frente a una calle muy transitada. Ya no estás tú para darle la orden. Ya no hay una voz diciéndole cuándo avanzar. Y aquí está el punto: si solo aprendió a obedecer, pero nunca aprendió a pensar, estará en peligro.
En la vida espiritual ocurre lo mismo. Muchos padres cristianos se enfocan en que sus hijos “se porten bien”, que vayan a la iglesia, que no digan malas palabras, que no se metan en problemas…
Pero si no les enseñamos por qué esas cosas importan, si no los entrenamos a pensar bíblicamente, a razonar, a filtrar lo que viven, ven y escuchan… entonces solo estarán obedeciendo mientras nosotros estemos presentes.
Y el día que estén solos —en una universidad, en una relación, en una crisis— lo que no entiendan… lo abandonarán. Porque la obediencia sin entendimiento no forma convicciones… solo hábitos temporales.
Hoy, Dios nos llama a un tipo de crianza más profunda: una crianza que forma mentes despiertas, no solo cuerpos obedientes. Y eso comienza con una pregunta clave: ¿Estoy enseñando a mi hijo a pensar por sí mismo con la mente de Cristo… o solo a seguir instrucciones mientras yo estoy cerca?
1. La obediencia sin entendimiento forma hábitos, pero no convicciones. (Romanos 12:2 NTV)
1. Porque la obediencia impuesta depende de la presencia de la autoridad, no de una convicción personal.
2. Porque la obediencia basada en miedo o costumbre no resiste la presión social.
3. Porque el corazón humano naturalmente busca razones para sus decisiones, no solo reglas.
¿Qué pueden hacer los padres?
- Explicar siempre el porqué detrás de cada instrucción bíblica.
- Dar espacio para que tus hijos pregunten, piensen y razonen.
- Modelar una vida de obediencia por amor, no por miedo.
2. Jesús no solo formó obediencia sino discípulos pensantes. (Romanos 12:2)
1. Porque el verdadero amor a Dios requiere mente y corazón.
2. Porque formar discípulos era formar personas capaces de enfrentar el mundo real.
3. Porque la fe auténtica debe ser personal, no simplemente heredada
¿Qué pueden hacer los padres?
1. Fomentar la reflexión, no solo la obediencia.
2. Celebrar más las decisiones sabias que los actos de obediencia mecánica.
3. No temer las preguntas difíciles de los hijos.
3. Modela cómo se piensa, no solo qué se piensa. (Romanos 12:2)
1. Piensa en voz alta cuando tomes decisiones importantes.
2. Discute principios, no solo reglas.
3. Consulta la Biblia en situaciones reales del día a día.
¿Qué pueden hacer los padres?
1. Piensa en voz alta cuando tomes decisiones importantes.
2. Discute principios, no solo reglas.
3. Consulta la Biblia en situaciones reales.
DESAFÍO DE LA SEMANA
Tal vez tus hijos están obedeciendo… Pero la pregunta que el Espíritu de Dios nos hace hoy es más profunda: ¿Están entendiendo por qué lo hacen?
¿Estás criando un hijo que repite lo que le dices… o un hijo que ama la verdad, la razona y está preparado para sostener su fe cuando tú ya no estés cerca?
El futuro espiritual de tus hijos no se jugará en tu presencia, sino en tu ausencia. Y cuando estén solos frente a decisiones difíciles, tentaciones reales o voces contrarias a la Palabra… no los sostendrá tu instrucción, sino la convicción que sembraste en su interior.
No formes hijos que solo sepan “portarse bien”. Forma hijos que sepan pensar bien, elegir bien y permanecer firmes porque han entendido que vivir para Cristo no es una orden vacía… es una verdad poderosa.
Padre, madre… este es tu llamado hoy:
- No enseñes solo qué hacer, modela cómo pensar.
- No formes solo obediencia externa, forma convicciones internas.
- No busques hijos que te obedezcan por miedo, sino que amen la verdad por convicción.
Porque si enseñamos a nuestros hijos a pensar como Cristo… viviremos para siempre en la paz de saber que no los dejamos solos, sino bien equipados.